miércoles, 10 de enero de 2018

John Singer Sargent (1856 – 1925)


John Singer Sargent nació en Florencia, Italia, el 12 de enero de 1856. De padres americanos, estudió en Italia, Alemania y París, expatriado de los Estados Unidos, pasó la mayor parte de su vida en Europa. Fue quizá el retratista con más éxito de su época, aunque fueron también muy cotizados sus acuarelas y paisajes.
Recibió sus primeras lecciones de acuarela cuando contaba con trece años de edad, a cargo de Carl Welsch, paisajista alemán. Se convirtió en un joven culto y cosmopolita, experto en arte, música y literatura. Hablaba con facilidad francés, italiano y alemán. Con diecisiete fue descrito por su propia madre como “terco, curioso, resuelto y fuerte”, aunque su padre lo calificaba como “tímido, generoso y modesto”.
Tenía conocimiento de primera mano, gracias a las incontables visitas a museos que había realizado con sus padres, de muchos de los grandes maestros, escribiendo en 1874 que: “en Venecia he aprendido a admirar inmensamente a Tintoretto y a considerarlo quizás solo por detrás de Miguel Ángel y Tiziano.”
A pesar de sus deseos de ingresar en la Academia de Florencia, no fue posible debido a que ésta estaba reorganizándose por entonces. De modo que regresó a París, y comenzó recibir clases de Carolus-Duran, entonces un joven retratista francés, que en esos momentos era muy conocido y cotizado gracias a su técnica enérgica y sus modernos métodos de enseñanza. Su influencia fue clave para Sargent en sus obras realizadas entre 1874 y 1878.
En 1874, en su primer intento, aprobó el riguroso examen de ingreso a L’ École des Beaux-Arts de París. Recibió clases de dibujo, incluyendo anatomía y perspectiva, ganando una medalla de plata. Practicó con intensidad haciendo copias en museos y pintando en un pequeño estudio que compartía con James Carroll Beckwith, que sería su gran amigo y su principal conexión con artistas de Estados Unidos. Durante este periodo de estudio, también asistió a clases en el taller de Léon Bonnat. Pronto se convirtió en el estudiante estrella. Julian Alden Weir, que conoció a Sargent en 1874, dijo de él que era “uno de los compañeros con más talento de con los que he coincidido; sus dibujos son como los de los viejos maestros, y su color es también magnífico.”
Su conocimiento del idioma francés y su talento, lograron hacerle popular y admirado.
Gracias a su amistad con Paul César Helleu, conoció a importantes personalidades del mundo del arte: Degas, Rodin, Monet y Whistler, entre otros.
Su primer retrato importante, fue el de su amiga Fanny Watts, realizado en 1877; ese mismo año, expuso por primera vez en el Salón. Su segunda obra en el Salón fue “Los recolectores de ostras de Cançale”, trabajo impresionista, del que hizo dos copias, una de ellas, fue enviada a los Estados Unidos donde tuvo una exitosa acogida.
Tras acabar sus clases con Carolus Duran, viajó a España, donde estudió la obra de Velázquez, se empapó de su técnica y tomó ideas para sus trabajos. Se apasionó por la música y el baile español, sobre todo por Andalucía, pintó varios cuadros con rincones de la Alhambra de Granada y escenas de género y se inspiró para la considerada como su primera obra maestra: “El Jaleo”.
Pasó también una temporada en el norte de África, donde se inspiró en una notable serie con escenas de género de Marruecos y de un campamento de beduinos. Después viajó a Italia donde tomó una gran cantidad de apuntes que darían lugar a algunas de sus obras más valoradas, paisajes y escenas callejeras y de interior de Venecia.
A su regreso no tardó en recibir una gran cantidad de encargos de retratos, su carrera ya fue imparable, pintó casi con la constancia de un obrero, con un gran concentración y energía, durante los siguientes veinticinco años.
Sus más fieles admiradores, dicen de él, que sólo es comparable con Velázquez, pintor que influyó en él de forma importante, el ejemplo más claro: “Las hijas de la familia Boit” (The Daughters of  Edward Darley Boit), realizado en 1882, en el que intentó captar el aire velazqueño de los interiores como lo representó el sevillano en “Las Meninas”.
A lo largo de su carrera creó más de 900 óleos y más de dos mil acuarelas, así como una cantidad innumerable de esbozos al carbón.
Alrededor de 1910 se empezó a especializar en la pintura de paisajes. Como concesión a la insaciable demanda de retratos, siguió haciéndolos, pero en forma de rápidos esbozos al carboncillo, que él llamó “Mugs”.
La época en la que vivió estuvo marcada por estilos bien característicos, como el Impresionismo, el fauvismo y el cubismo, sin embargo, practicaba el realismo tomando como referencia a Velázquez, Van Dyck, y Gainsborough, por lo que fue despreciado, considerándolo como un anacronismo en el momento de su muerte. Sin embargo,  el valor de su arte ha ido creciendo desde entonces, especialmente después una exposición retrospectiva en el Museo Whitney de Arte Estadounidense en 1986.
Murió el 14 de abril de 1925, siendo enterrado en el cementerio de Brookwood, cerca de Woking, Surrey.
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro, y que otras personas disfruten contemplando sus obras.















































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