Egon Leo Adolf Schiele más
conocido como Egon Schiele (Tulln an der Donau, Austria, 12 de junio de 1890 –
Viena, Austria, 31 de octubre de 1918), fue un pintor y grabador austriaco
contemporáneo y discípulo de Gustav Klimt.
La atención artística de
Egon Schiele se centró principalmente en la figura humana, especialmente la femenina,
que representó en una amplia y variada gama de expresiones: desnudo duro y
agudo; mujeres fuertes, orgullosas y seguras de sí mismas; retratos de una
profundidad psicológica profunda; parejas entrelazadas en un abrazo erótico sin
amor.
Empleando colores en rojo,
marrón oscuro, amarillo pálido y sombríos negros, trató de pintar el pathos
directamente de los paisajes melancólicos con los árboles marchitos, así como
imágenes desesperadas de madres y hijos afligidos. Son signos que revela el
inconsciente, asumiendo una profundidad emocional mucho más pronunciada, que se
caracterizan por una línea nerviosa, casi neurótica. Toman forma en el lienzo
en una disonancia armónica que niega la estética y rompe el molde tradicional.
El ego del artista emerge, contorsiona la materia y deja los ojos desorbitados
y retorcidas las manos. Las manos es donde las líneas parecen denunciar el
dolor, el sufrimiento, la tristeza de un alma a la deriva. Schiele describió
los vericuetos de su mente, el tormento oscuro y el trauma doloroso por la
pérdida prematura de su padre en 1905. Un hecho, que marcó indeleblemente su
relación con las mujeres y el erotismo.
Aparecen en sus lienzos
cuerpos femeninos terriblemente provocativos, con poses a menudo absurdas, para
confundir la espacialidad. Heinrich Benesch describió su forma de trabajar:
La belleza que Schiele nos
regala en la forma y el color, nunca existió antes de él. Su dibujo era algo
único. La seguridad de su mano era casi infalible. Cuando dibujaba solía
sentarse en una banqueta baja, el tablero de dibujo con las hojas sobre las
rodillas apoyando la mano derecha sobre la base. Pero también le vi dibujar de
otra manera, de pie delante del modelo apoyando el pie derecho sobre la
banqueta. Sostenía el tablero de dibujo sobre la rodilla derecha y lo sujetaba
con la mano izquierda en el borde superior. Después disponía el lápiz, a pulso,
perpendicular a la hoja y trazaba sus líneas, por así decirlo, a partir de la
articulación del húmero.
El artista presentó una
tensión erótica existencial y psicológica para difundir un mensaje de crítica
social contra la falsedad de la burguesía. Más que una liberación del yo, su
arte muestra un conflicto interno del sujeto individual que le enfrenta en
relación a las autoridades, instituciones académicas y gubernamentales. En
algunas de sus cartas dirigidas a su cuñado Leopold Czihaczek y al
coleccionista Oskar Reichel, aparece en Schiele una «filosofía de la vida» de
tendencia solipsista en la que expresaba opiniones contra los ataques de los «filisteos»:
...los artistas siempre
vivirán.— Creo que los grandes pintores siempre pintaron figuras... Yo pinto la
luz que proviene de los cuerpos.—¡La obra de arte erótica también tiene
santidad!.— Una única obra de arte "viva" es suficiente para lograr
la inmortalidad del artista...—Mis cuadros deberían colocarse en edificios
similares a templos.
Fuentes:
Nota: La propiedad
intelectual de las imágenes que aparecen en este blog corresponde a sus autores
y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo de este sitio es divulgar
el conocimiento de estos pintores, a los que admiro, y que otras personas
disfruten contemplando sus obras.
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