Miquel Aparici es un artista
nacido en Barcelona en 1963. Su obra actual gira en torno a las esculturas,
generalmente de animales, realizadas con material reciclado, objetos
recuperados, en un tono minimalista, imaginativo e ingenioso, procurando
respetar al máximo los elementos constitutivos, alterándolos lo menos posible
durante el proceso de montaje. Su estudio en l'Hospitalet es un reducto colmado
de objetos de todo tipo que el artista va recolectando, y entre los que rebusca
para ir componiendo sus piezas.
Miquel estudió diseño
gráfico, y actualmente es director artístico de la revista Jueves.
«Yo intento extraer belleza
de cosas que la gente no encuentra necesariamente bellas. Por ejemplo, he
dibujado un piojo que me parece bello, también una medusa, un pez abisal,
que son animales no necesariamente bellos. Yo nunca haré una mariposa
porque ya es bella de por sí. A mí, lo que es bello de por sí no me interesa,
porque ya es una cosa demasiado bonita. Encuentro absurdo intentar hacer algo
bonito cuando ya lo es.»
«He unido dos de mis
pasiones: la biología y los objetos antiguos. Busco materiales y herramientas
antiguas e intento combinarlos en mi taller para crear mi fauna particular.»
«Cuando comienzo a hacer una
pieza nunca sé que voy a hacer, pero siempre me salen pájaros, insectos,
animales... A veces intento hacer otras cosas y me salen mal, no fluyen
naturalmente, tampoco me siento a gusto ni lo disfruto. Los animales me surgen
espontáneamente. Me gustan los animales que tienen alas, antenas o patas,
aquellos que tienen elementos que permiten que la escultura sea
volumétrica, es cuando me siento más cómodo.»
«Una sola pieza me puede
desencadenar la escultura y el resto de piezas me sirven de relleno. Lo más
importante suele ser la cabeza, es el eje, el alma de la escultura. Debe
funcionar sí o sí y todo lo demás debe armonizar con esa pieza central. La otra
posibilidad es saber qué animal quiero hacer pero, siempre, sin saber cómo lo
voy a hacer. Entonces primero debo hacer el esqueleto que me sirve de percha
para ir colocando todos los otros elementos y consigo rellenar ese esqueleto
sin saber cómo acabará pero, sabiendo que quiero hacer ese animal. Para mí es
como un juego. No suelo hacer bocetos. Me imagino mi taller como la habitación
de un niño, lleno de cacharros y yo sentado en medio probando a ver cómo
funciona; esa sería la definición de mi proceso creativo, un niño jugando. Es
como un Lego…»
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog
corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo
de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro,
y que otras personas disfruten contemplando sus obras.
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